T engo 16 años y mis padres no me entienden.

Estoy cansado de explicarles que estoy viviendo una etapa de mi vida en continuo cambio, de decirles que entre la niñez y la edad adulta hay una fase llamada adolescencia…….

– Que ya no soy su niñ@ aunque les cueste aceptarlo-

He decidido, para que a ambos nos resulte más fácil la convivencia, explicarles cómo deberían actuar ante un adolescente.

Me gustaría que me escucharan y entendieran como me siento, aunque no lo compartan.

Que se fijen más en como comunico lo que les cuento y no tanto en las formas, las cuales algunas veces pierdo, pero estoy aprendiendo. ” Entenderlo”.

Lo importante no es lo que se dice sino cómo se dice. Por ejemplo: El otro día, llegué del instituto y mi madre me preguntó: ¿Qué tal te ha ido el día? Y yo la respondí: bueno, todo bien. Está claro que me pasa algo, pero si sólo se muestra atención a mis palabras parecerá que no me pasa nada.

Entiendo que me pongáis límites y normas, las cuales tengo cumplir pero no soporto que estéis como un pepito grillo todo el día repitiéndome reiteradamente siempre lo mismo, haz esto, no hagas lo otro «por favor», no estoy sordo, aunque alguna vez lo parezca.

-Creo que no hay nada más que hablar, son mis padres y siempre tienen la última palabra-

Pero cuidado con como imponéis los límites y las normas ya que, no podéis caer en el autoritarismo del “ porque yo lo digo ” ni en lo opuesto “ haz lo que quieras” (Urra, J 2006).

Lo importante no se trata de discutir, sobre quien tiene la razón o no, sino en reflexionar y hacerme ver qué es lo correcto (Urra, J 2006). Haciéndome partícipe de vuestras decisiones, explicándome o justificándome el porqué.

Si yo quiero hacer algo pero vosotros pensáis que no es conveniente para mí, lo único que deberíais hacer es llegar a un acuerdo conmigo, es decir, negociar; suena algo extraño, lo sé, porque vosotros sois mis padres, pero mi opinión también cuenta queráis o no.

Estoy convencido de que, actuando de esta forma evitaríamos nuestras continuas disputas o tira y afloja donde no vamos a llegar a ningún acuerdo.

-Por favor, y esto que quede claro, no os enfadéis si ya no quiero ir con vosotros a los sitios, me gusta estar sólo, pero sobre todo pasar tiempo con mis amigos-

Posiblemente a algunos de mis amigos no los aceptáis, pero cuanto más os opongáis más voy a querer ir con ellos; dadme razones, preguntadme, pero nunca me lo prohibáis.

Para terminar quiero que sepáis:

Los adolescentes necesitamos cometer errores. La libertad que anhelamos tiene un precio, debemos asumir responsabilidades y darnos cuenta de que su incumplimiento nos traerá consecuencias.

Dejadme actuar, tomar mis propias decisiones porque es ahora el momento, y no dentro de unos años, cuando ya será demasiado tarde además;además vais a estar ahí para ayudarme, por eso confiad en mí y dadme la oportunidad que necesito porque sino me la dais vosotros, quién me la va a dar.

Lo que os pido no es fácil, pero vosotros también habéis sido adolescentes y me vais a entender.