Antes de tomar cualquier tipo de decisión y poder conseguir aquello que queremos cambiar, habrá que tener en cuenta dos aspectos:

Por un lado, siempre que queramos influir en una persona, tendremos que dirigir nuestros esfuerzos a generar un cambio exclusivamente en una creencia, sentimiento o comportamiento, nunca debemos dirigir nuestros esfuerzos a influir a la persona en su conjunto.

 Fija tu objetivo ( qué quieres que cambie la otra persona o haga por ti)

Por otro lado, la influencia que podemos ejercer sobre una persona, no siempre se lleva a cabo de forma deliberada o explicita, es decir podemos influir en la persona sin tener la intención de hacerlo.

Por ejemplo, cuando aprendemos a través de la observación.

¿Qué pasos tenemos que tener en cuenta para llevar a cabo nuestro objetivo?

1er Paso:

Tendremos que especificar y definir de forma muy detallada, qué nos gustaría conseguir de la otra persona, es decir en que sentimiento, creencia, comportamiento o actitud queremos incidir para que lo cambie.

Ejemplos:

  • Comportamiento: que mi pareja baje la taza del inodoro.
  • Creencia: con la marcha atrás no existe riesgo de embarazo.
  • Sentimiento: hacer sentir a una persona culpables por haber llegado tarde.

2º Paso:

Tendremos que tener en cuenta, en qué situación o contexto, vamos a influir a la otra persona para poder actuar con determinación y conseguir nuestro propósito.

Ejemplos:

  • No es lo mismo querer persuadir o influir a una persona, si está de fiesta o está en el trabajo.
  • No será lo mismo influir en un comportamiento o creencia de una persona que está acompañada, que si esa persona está sola.

3er Paso:

Tendremos que conocer los diferentes principios de influencia que existen para poder aplicarlos en función de nuestros intereses y así poder conseguir nuestro objetivo.

  • Principio de reciprocidad:

 “ Hay que tratar a los demás como ellos nos tratan a nosotros”.

  • Principio de escasez:

“ Tendemos a valorar de forma atractiva o positiva, las oportunidades que están fuera de nuestro alcance o son difíciles conseguir”

  • El principio de validación social

“Ante una situación que desconocemos, solemos actuar de forma similar a las personas que nos rodean”

  • Principio de autoridad:

“ Creemos que las personas con estatus, posición laboral alto, indumentaria determinada tienen más conocimientos y experiencia que el resto”

  • Principio de simpatía:

“Tendencia hacer lo que desea la persona que queremos o nos gusta”

  • El principio de coherencia,

“Tendremos mayor credibilidad en el futuro, si hemos sido congruentes con aquello que hicimos y dijimos en el pasado”.

En resumen:

Un principio funcionará mejor que otro, en función de:

  • Cómo especifiquemos o definamos aquello que queremos cambiar.
  • Las características de la persona a la que queramos influir.
  • La situación o contexto en el cual nos encontremos.