¿Te gustaría conocer cuáles son las principales características de una persona hipocondríaca? ¿Por qué se llega a ser hipocondríaco/a?, ¿Qué puedes hacer y que no ante una persona hipocondríaca?. Si estás preparada/o vamos a ello.

Si has llegado hasta aquí, por alguna razón será ya sea porque tienes cierta curiosidad sobre cómo es una persona hipocondríaca, o crees que alguien de tu alrededor lo pudiera ser o piensas que tú misma/o lo eres .

Características de la persona hipocondríaca

La característica esencial del/la hipocondríaco/a es la preocupación y el miedo a padecer, o la convicción de tener, una enfermedad, a partir de interpretaciones subjetivas de los síntomas físicos (sensaciones corporales) u otros signos que aparezcan en su cuerpo.

Aunque el médico/a o las pruebas médicas les aseguren de que no tienen ninguna enfermedad, las preocupaciones y el miedo persistirán.

Para neutralizar su ansiedad suelen emplear comportamientos comprobatorios como por ejemplo, mirarse continuamente al espejo, hacerse exploraciones continuas de su cuerpo, acudir a su médico/a o someterse a diferentes pruebas médicas.

Es curioso que tras un corto periodo tiempo después de hablar con su médico/a la persona hipocondríaca buscará una segunda opinión o se centrará en otra zona (dolencia).

Sin embargo, existen algunas personas que optan por hacer lo contrario, evitan: acudir al médico, hacerse pruebas médicas, hablar sobre su salud, acudir a reuniones sociales por miedo a empeorar, ver programas de televisión sobre enfermedades, oír hablar sobre enfermedades, ver ambulancias entre otras, a pesar de sufrir una ansiedad muy elevada y estar convencidos/as de estar enfermos/as.

Es muy común observar en la persona hipocondríaca múltiples quejas en cuanto a su salud ( la mayor parte del tiempo sus temas de conversación estarán relacionados con ese tema).

Cuando detecta un bultito, mancha o cualquier tipo de alteración comprobará continuamente esa zona congestionándola o enrojeciéndola con la cual aumentará aún más su miedo.

Cuándo tienen una sensación determinada se centra en ella y las otras desaparecen o al menos no les da tanta importancia.

Suelen creer que van a padecer o tienen cualquier enfermedad (sida, cáncer, alzhéimer, etc.), y se encuentran continuamente rumiando sobre ello.

No tienen ilusión por nada ya que se pasan la mayor parte del tiempo preocupadas/os por su salud.

No les suele apetecer quedar con nadie por temor a que otras personas le digan que tiene mala cara o le sucede algo.

Como se suelen aislar, les cuesta entablar relaciones de pareja o sociales. Suelen renunciar a planes por miedo a que empeore su situación.

Sus familiares suelen reforzar sus temores dándole explicaciones pormenorizadas de sus síntomas ayudándoles a evitar situaciones y tranquilizarlas.

También, aunque no todas/os, suelen enfatizar con las ventajas que derivan de adoptar el rol de enfermo (recibir cuidados, aludir responsabilidades) y utilizarlas en su beneficio.

Mantienen una continua hipervigilancia corporal que conlleva un aumento del autoescrutinio y de la focalización de la atención en las sensaciones corporales desagradables.

Presentan altas dosis de escepticismo ante la posibilidad de padecer este problema psicológico (hipocondría) debido a que creen que su problema es físico.

Buscan continuamente información en internet. Tienen siempre la necesidad de explicar con detalle su historia médica. Tienen problemas para dormir, y en sus relaciones sexuales.

Emplean comportamientos preventivos como por ejemplo, dietas muy estrictas. Son personas muy aprensivas ante cualquier situación ya que puede ser perjudicial o peligroso para su salud.

Sus creencias no son de tipo delirante  a diferencia del trastorno delirante del tipo somático) y no se limitan 100% a preocupaciones sobre el aspecto físico (a diferencia del trastorno dismórfico corporal).

¡OJO! estás características variarán de una persona a otra en intensidad, frecuencia e incidirán más o menos de forma significativa en la vida laboral, de pareja, familiar y social.

Ahora nos centraremos en las distintas diferencias que, aunque no lo parezca a primera vista, hay entre las personas hipocondríacas y otros trastornos psicológicos.

 ¿En qué se diferencia la hipocondría del trastorno obsesivo compulsivo (TOC)?

La primera diferencia que te puedes encontrar es que los/as hipocondríacos/as muestran una convicción de que su enfermedad es real a raíz de los síntomas que ha percibido y que sus comportamientos son adecuados ya que es necesario averiguar qué les sucede.

Por el contrario, las personas obsesivas-compulsivas tienden a ver sus pensamientos (obsesiones) como irreales y sus comportamientos (compulsiones) carentes de un sentido lógico a pesar de su necesidad de llevarlos a cabo.

Otra diferencia es que el/la hipocondríaco/ca no realiza un esfuerzo por eliminar sus preocupaciones o temores de tener una enfermedad, si no todo lo contrario tratarán de confirmarlos o evitarlos todo ello para neutralizarlos.

En el caso de los obsesivos-compulsivos tratarán de eliminar o quitarse a toda costa sus pensamientos y nunca los comprobarán por su miedo por lo que pudiera pasar.

Las personas hipocondríacas a diferencia de los/las TOC suelen comunicar a sus familiares o entorno más significativo su preocupación y temor de la enfermedad que supuestamente padece y hablan continuamente de aquello que les sucede.

En el hipocondríaco, el miedo o las preocupaciones estarán dirigidas a una/o misma/o y en el caso del trastorno obsesivo-compulsivo será personas externas o más significativas.

¿En qué se diferencia la hipocondría del trastorno de pánico?

A pesar de la similitud y su alta comorbilidad como demuestra la práctica clínica, si que existen ciertas diferencias.

La primera diferencia que te puedes encontrar es que en el trastorno de pánico predomina la sintomatología somática de activación del sistema nervioso autónomo, tales como, taquicardia, palpitaciones, sudoración, sensaciones de ahogo, etc, mientras que en la hipocondría los síntomas físicos son más difusos y no implican una respuesta de activación ( bulto, mancha, etc).

En el caso de las personas hipocondríacas sus miedos van dirigidos a la sintomatología física de no activación a diferencia del trastorno de pánico que, se preocupan de aquellos síntomas que le generan cierta activación.

Las preocupaciones en el trastorno de pánico están relacionadas con la aparición de un nuevo ataque de pánico y en la hipocondría al padecer o tener una enfermedad.

En la hipocondría las interpretaciones del grado de peligrosidad de sus síntomas son más a largo plazo, a diferencia del trastorno de pánico que son de forma inminente.

¡OJO! Los pacientes hipocondríacos comparten con los pacientes fóbicos los elevados nive­les de ansiedad que presentan y las conductas de evitación que exhiben.

¿En qué se diferencia la hipocondría de la somatización?

A pesar de las características compartidas entre los síntomas de la hipocondría y la somatización se diferencian en que:

En la hipocondría lo que predomina es la preocupación, más que por los propios síntomas, por la convicción de tener una enfermedad grave o que está teniendo ésta.

Existe un grado elevado de ansiedad acerca de la salud, y las personas se alarman con facilidad por su estado de salud.

En el trastorno por somatización, la persona sufre ciertos síntomas somáticos que ocasionan malestar físico, que tras realizar múltiples pruebas médicas, no se encuentra ningún resultado o explicación que permitan justificar una causa orgánica. Lo que le lleva a consultar, por sus molestias y no por el miedo de padecer o la convicción de tener una determinada enfermedad.

Tales situaciones pueden abarcar desde una queja somática funcional aislada hasta entidades sindrómicas psiquiátricas o psicológicas.

¿Por qué se llega a ser hipocondríaco/a?

Una persona puede llegar a ser hipocondríaca/o debido a las interpretaciones erróneas que lleva a cabo del significado de las sensaciones corporales normales que percibe, las cuales considera como indicadoras de una enfermedad física grave.

El origen de este proceso proviene de la historia de la persona, ya que a lo largo de su infancia o adolescencia o en ambas, sufrió distintas experiencias traumáticas relacionadas con alguna enfermedad y, a su vez, la forma de que sus familiares le han trasmitido (en todo lo que engloba a las salud) ha sido con miedo y ansiedad, es decir, ha estado sesgada.

Lo que le llevará en su adultez a estar continuamente atenta/o de su salud, que tras un incidente crítico, por ejemplo la enfermedad de un familiar, se activen las creencias disfuncionales y otro tipo de sistemas de la hipocondría.

¿Cómo actuar ante una persona hipocondríaca?

¿Qué no puedes hacer?

  • Indicarle que los síntomas que padece no son reales.
  • Ignorar o minimizar sus quejas.
  • Remitir directamente al psicólogo/a o psiquiatra.
  • Prometer que se va curar.
  • Decirle que no le sucede nada.
  • Mostrar desinterés.
  • Preocuparnos por él/ella.
  • Tratarle como un enfermo (reforzar comportamientos comprobatorios o de evitación).
  • Dar consejos, sin fundamento.
  • Decirle que no es para tanto.

¿Qué puede hacer?

  • Proporcionar apoyo.
  • Recomendar de que las visitas al médico/a sea puntuales.
  • Animar que haga actividades o que no deje de hacer ciertas cosas.
  • Trasmitirle/a tu confianza, pero que no puede estar hablando de siempre lo mismo.
  • Solicitar sólo exámenes necesarios para conocer el estado de salud (nunca para tranquilizar al paciente).
  • Minimizar las ganancias secundarias (rol de enfermo) perjudiciales para su trastorno psicológico.
  • Hablar con ella/él de otros temas.
  • Ayudarle/a a dar soluciones a los problemas sociales, laborales o de pareja que pudiera tener.

Lecturas Obligatorias:

Caso clínico: hipocondría

Fernández, C y Fernández, R (2001). Tratamientos psicológicos eficaces para la hipocondría

Lacunza, C, Diaz, F, Ardanaz, A (2016). Tratamiento cognitivo conductual en un caso de trastorno hipocondriaco severo

Fernández, C y Fernández, R (1998). Actitudes hipocondríacas, síntomas somáticos y afecto negativo

Pastor, C (2013). Tratamiento psicológico de la hipocondría y la ansiedad generalizada

Vicente E. Caballo (2002)Manual para el tratamiento cognitivo-conductual de los trastornos psicológicos

Aquí pongo punto y final a esta guía clínica sobre las principales características de la persona hipocondríaca.

Espero que te haya servido de ayuda.

Si me he dejado algo o tienes alguna duda… no dudes en escribirme.

Gracias por haber llegado hasta el final y te animo a seguir leyendo otros artículos relacionado con la práctica clínica del duelo patológico o si no otras secciones de este blog de psicología.

¡Nos vemos pronto!

B.C.R

Psicológo Sanitario

Desde que cursé el Máster Oficial de Psicología Clínica y de la Salud, he ido compaginando la intervención psicológica con el diseño y desarrollo de proyectos sociales. Mientras tanto he ido complementando mi formación con distintos cursos del Colegio Oficial de psicólogos y otras instituciones.

Decidí crear el «Blog Qué Piensa un Psicólogo » para ayudar, dar a conocer de una forma creativa y diferente los entresijos de la ciencia que estudia el comportamiento humano (psicología), y como medio de aprendizaje continuo personal y profesional.