¿Te gustaría conocer cómo actuar ante una persona agresiva o violenta? ¿En qué se diferencia la agresividad de la violencia y la hostilidad? ¿Cuáles son sus causas y su relación con distintos trastornos psicológicos? . Te lo cuento aquí paso a paso.
Hoy en día, dada la situación actual en la cual vivimos, es muy común encontrarse con personas que saben regularse emocionalmente y conservar la calma pero otras no, y rápidamente se pondrán a la defensiva mostrando una agresividad o violencia desmesurada con las consecuencias que ello conlleva.
Incluso tú te puedes ver en una situación de estas características.
Por ello, y sin más preámbulos, es importante que conozcas en profundidad no solo cómo actuar ante una persona agresiva o violenta sino también predecir o prevenir este tipo de comportamientos.
¿En qué se diferencia la agresividad de la violencia y la hostilidad?
Antes de tomar cualquier tipo de decisión, tienes que saber a qué te vas a enfrentar, y la mejor manera de hacerlo, es conociendo cuáles son las diferencias entre agresividad, violencia y hostilidad a pesar de que no nada fácil
- Persona Agresiva: comportamiento innato dirigido a hacer daño físico o psicológico hacia una/o misma/o o hacia otras personas, que conlleva deseo de dañar, ridiculizar o impedir el acceso a un recurso. Este es mecanismo de defensa que poseen todos los animales y puede estar asociada a múltiples causas. Es la respuesta adaptativa para afrontar de forma positiva situaciones peligrosas.
- Persona Violenta: comportamiento aprendido, consciente y deliberado que pretende hacer daño a otra persona o incluso a un grupo. Es fruto de la socialización y la cultura, no se da entre los animales. Lo podemos encontrar en distintos ámbitos como por ejemplo: violencia de género, acoso escolar o familiar, maltrato familiar, etc.
- Persona hostil: comportamiento asociado con la ira y la agresividad, acompañado de un claro deseo de infringir daño a otras personas. Rasgo de personalidad que predispone a interpretar el comportamiento de los demás como amenazante y atribuirles intenciones perversas predisponiendo a la persona a un mayor número de conflictos interpersonales, enfrentamientos o provocaciones.
Además, implica un patrón estable de creencias y actitudes negativas sobre el resto de personas, relacionado con temas como por ejemplo cinismo, desconfianza, suspicacia, denigración, enfrentamiento y resentimiento.
¿Cuáles son las causas de la agresividad?
Ahora te toca conocer las posibles causas que hay detrás de dicho comportamiento, que si las conoces, te ayudarán a anticiparte, prevenir y actuar en consecuencia en función de la situación o necesidades de la persona.
- Dolor, sufrimiento e incomodidad:
Si una persona se encuentra en una situación o contexto que experimenta dolor o sufrimiento y no puede huir del lugar, puede que en el momento o con el paso del tiempo, utilice cualquier tipo de comportamiento para defenderse.
Ejemplo, si una persona se encuentra irritada por la causa que sea, ante cualquier estímulo que considere dañino estará más predispuesto a atacarlo que en condiciones normales.
De igual manera, como ha quedado demostrado, si una persona o grupo no se encuentra cómodo/a por las causas ambientales que sean (el calor, la humedad, la contaminación atmosférica, los malos olores…) éstas provocarán una reducción del umbral de la conducta agresiva y por tanto aumentará la probabilidad de que ésta se dé.
¡Recuerda! Antes de enfrentarte a una persona agresiva, evalúa las condiciones ambientales.
¡OJO! Cualquier situación desagradable o aversiva, pueden provocar agresividad.
- Frustración:
Si una persona no consigue sus objetivos o no se cumplen sus expectativas, se frustrará, lo que aumentará las probabilidades de una respuesta agresiva.
¡OJO! La frustración no siempre conduce a la agresividad.
Sin embargo, en cualquier situación desagradable o aversiva, el principal instigador de la agresividad es la frustración.
Si una persona está enfadada o frustrada, la sola mención de una palabra o reacción que considere como provocación aumentará el nivel de agresividad de esa persona.
Por ejemplo, imagina que vas con tu vehículo y tienes prisa, pero delante tuya hay otro vehículo que va más despacio, probablemente tu frustración aumente y por consiguiente tu agresividad.
¡Recuerda! La frustración se puede reducir si se satisface esas expectativas o se puede minimizar si se elimina aquello que está impidiendo que la persona consiga su objetivo.
- Aprendizaje Social:
Si una persona se encuentra en un entorno donde prevalecen los comportamientos agresivos, ésta interiorizará que actuar de esa manera es normal, lo que provocará que emplee dicho comportamiento en cualquier situación.
- Alcohol:
El consumir alcohol no aumenta de forma directa la agresividad pero si actúa como agente inhibidor, provocando que las tendencias primarias de la persona salgan a la luz.
Por ejemplo, si una persona tras ingerir alcohol es propensa a mostrar afecto se hará más afectuoso, por el contrario si está fuera más propensa a la violencia se hará más agresiva.
¡OJO! tienes que tener en cuenta que después de ingerir alcohol, las personas que están sometidas a presión social para agredir, se sienten frustradas o provocadas por cualquier motivo, experimentarán menos limitaciones o inhibiciones a la hora de cometer actos violentos.
¿Cuáles son los factores relacionados con la violencia?
Adaptado Enrique Parada Torres, (2009).
Como te indico en el punto anterior, los siguientes factores que te voy a exponer, te ayudarán a detectar las variables que pueden estar actuando en una persona violenta y, por consiguiente, te servirán de ayuda a la hora de tomar una decisión u otra.
- Edad: los comportamientos violentos son más frecuentes en los adolescentes
- Género: los hombres son más proclives que las mujeres a comportamientos violentos, por aspectos educativos y culturales.
- Variables biológicas: niveles alterados de neurotransmisores, hormonas o alteraciones cromosómicas aumentan la probabilidad comportamientos violentos.
- Inteligencia: hay relación directa entre una baja inteligencia y la violencia impulsiva.
- Abuso de sustancias: puede acompañar la conducta violenta, incluso acrecentar ésta.
- Déficit del control de impulsos: las personas violentas suelen presentar una tendencia a la impulsividad en su forma de actuar y comportarse.
- Educación basada en la violencia: las personas que han sufrido agresiones en su infancia o adolescencia son más proclives a comportarse de forma violenta. La violencia puede ser una repetición de anteriores situaciones violentas.
- El grupo de iguales: estar con personas semejantes a nosotras/os puede desencadenar conductas que no se llevarían a cabo si la persona estuviera sola.
- Disponibilidad de medios para ejercer la violencia: hay cierta relación en el hecho de que tener objetos o armas y saber cómo usarlas aumente la probabilidad de actos violentos.
- Ciertas patologías psiquiátricas: como por ejemplo, adicciones, la esquizofrenia paranoide, el trastorno delirante, algunos trastornos de personalidad, control de impulsos y Algunas enfermedades neurológicas degenerativas. Como por ejemplo el Alzheimer.
¡Recuerda¡ El mejor predictor del comportamiento violento es la existencia previa de éste, con un resultado “exitoso”.
La agresividad y su relación con distintos trastornos psicológicos
Adaptado de J. Saiz Ruiz, y J. L. Carrasco Perera.
Es importante que tengas en consideración que la mayor parte de los comportamientos agresivos no se producen en personas con algún trastorno psicológico, sino que responde a circunstancias o aspectos puntuales.
- Trastornos de personalidad: la agresividad presente está relacionada con un estado de irritación mantenida, con un trasfondo de interpretación suspicaz o claramente paranoide de los acontecimientos del entorno suele tener lugar en los trastornos antisocial, histriónico y límite.
- Trastorno límite de la personalidad e histriónico: la agresividad la dirigirán hacia ellas/os mismas/os en forma de cortes en los antebrazos o contusiones leves y son siempre impulsivas.
- Trastorno antisocial de la personalidad: la agresividad la dirigirán hacia los demás.
- Trastorno depresivo mayor: la agresividad cursa generalmente con manifestaciones abiertamente suicidas.
- Esquizofrenia: la agresividad la puede dirigir por un lado, a ellas/os mismas/os en forma de enucleaciones oculares o autocastraciones, generalmente bajo la influencia de ideas delirantes y, por otro lado, hacia los demás en los cuadros psiquiátricos graves en situaciones de irritación ante situaciones de frustración o ideación delirante.
- Consumo de sustancias o adicciones: la agresividad se suele dar principalmente en el consumo de alcohol, sustancias estimulantes y de fenciclidina, producto de una irritabilidad emocional y de interpretaciones paranoides del ambiente como consecuencia de la acción tóxica.
- Trastornos psicóticos: la agresividad suele obedecer a la presencia de ideas delirantes que guían el comportamiento de la persona.
- Trastorno explosivo intermitente: se caracteriza por la presencia de arrebatos episódicos y recurrentes de ira y agresividad desproporcionadas.
¿Cómo actuar ante una persona agresiva o violenta?
¿Qué pasos tienes que dar para actuar ante una persona agresiva o violenta?
Paso Nº1: Mantener la distancia de seguridad.
Ante una persona agresiva o violenta tienes que mantener la distancia de seguridad para prevenir cualquier tipo de reacción, lleve o no un objeto (cualquier objeto es potencialmente peligroso).
Además, debes evitar arrinconar a la persona, ya que si se siente acorralada puedes incrementar los niveles de agresividad o violencia.
Paso Nº2: Evaluar a la persona.
Causas de comportamiento agresivo o violento, característica, estado de la persona, hacia qué o quién se dirigen, el tono de voz, si se pasea nerviosamente por el lugar, personas que incrementan o disminuyen las conductas agresivas…
Paso Nº3: Conocer bien el lugar y su distribución espacial.
Siempre debes de tener una vía física, accesible, rápida y segura, para escapar del comportamiento agresivo o violento.
Paso Nº 4: Valorar el grado de peligrosidad de la situación.
Paso Nº 5: Decidir si puedes acercarte a la persona y actuar o mejor solicitar ayuda especializada.
No lo dudes, si observas o consideras que no puedes acercarte a la persona y /o actuar, solicita ayuda.
El único medio de salir ganando de una discusión es evitarla.
Paso Nº 6: Primer toma de contacto.
Planificar en función de la información obtenida un plan de acción.
No improvises, puedes acrecentar las respuestas agresivas o violentas y su vez, generar consecuencias indeseables para la persona.
Tienes que tener claro:
- ¿Qué quieres que haga la persona?
- ¿Qué quieres que deje de hacer?
- ¿Cómo lo vas a llevar a cabo?
Paso Nº7: Aproximación física y psicológica
- La llevarás a cabo siempre de forma progresiva, salvaguardo tu seguridad.
- Espera siempre a que haya un mínimo de calma antes de iniciar alguna acción.
- Nunca dejes de mirar las manos de la persona y muestra las tuyas.
- Habla o mantén una conservación mientras te acercas a la persona.
- Puedes comentar algo sobre un tema trivial o cotidiano que le permita desviar su atención.
- Evita mirarla a los ojos.
- Emplea un tono tranquilo, utiliza gestos lentos, voz pausada y lenta.
- Asegúrate de que te esté escuchado.
- Preguntarle ¿En qué te puedo ayudar? y ¿Cómo puedo ayudarte?.
- Muestra interés por su problema.
- Invertir tiempo. Cuanto más larga sea la conversación (aunque sea de aspectos irrelevantes) más posibilidades hay de que remita el comportamiento agresivo.
Paso Nº 8: Acceder a las peticiones razonables que haga.
No puedes olvidar que tu objetivo es reducir el comportamientos agresivo o violento y la forma de gestionar la situación es ayudándola a recuperarlo.
Errores que debes evitar ante una persona agresiva o violenta
- Comenzar juzgando los comportamientos de la persona agresiva o violenta.
- Discutir o responder a los argumentos con una actitud hostil o desafiante.
- Tocar a la persona.
- Darles órdenes.
- Pedirle en ese mismo momento, responsabilidades por los daños causados.
- Dejar a su alcance objetos.
- Aproximarse a la persona.
- Perder de vista las manos (puede esconder objetos).
- Gritar, elevar el tono de voz.
- Imitar los comportamientos de la persona agresiva (tirar objetos, gritar, insultar…).
- No solicitar ayudar ante situaciones que no puedes controlar.
- Mostrar una postura defensiva por nuestra parte.
Lecturas Obligatorias:
Acercamiento al paciente violento
Aroca, C (2010). La Violencia Filio-Parental: Una Aproximación a sus claves
López , E (2004).La figura del agresor en la violencia de género: características personales e intervención
Saiz, J y Carrasco, J. Conductas violentas
Garcia, A ( 2017) Desangrando la Agresividad Adolescente: Relación con variables familiares, escolares y personales
Sanz, J, Magan, I, Garcia, M.P (2006) Personalidad y el Síndrome AHI (Agresión-hostilidad-Ira): Relación de los cinco Grandes con ira y hostilidad
Enrique Parada (2008). Psicología y Emergencia. Habilidades psicológicas en las profesionas de socorro y emergencia.
Aquí pongo punto y final a este artículo sobre ¿Cómo actuar ante una persona agresiva o violenta?
Espero que te haya servido de ayuda.
Si me he dejado algo o tienes alguna duda… no dudes en escribirme.
Gracias por haber llegado hasta el final y te animo a seguir leyendo otros artículos relacionado con la práctica clínica del duelo patológico o si no otras secciones de este blog de psicología.
¡Nos vemos pronto!
B.C.R
Psicológo Sanitario
Desde que cursé el Máster Oficial de Psicología Clínica y de la Salud, he ido compaginando la intervención psicológica con el diseño y desarrollo de proyectos sociales. Mientras tanto he ido complementando mi formación con distintos cursos del Colegio Oficial de psicólogos y otras instituciones.
Decidí crear el «Blog Qué Piensa un Psicólogo » para ayudar, dar a conocer de una forma creativa y diferente los entresijos de la ciencia que estudia el comportamiento humano (psicología), y como medio de aprendizaje continuo personal y profesional.