A día de hoy para muchos encontrar una respuesta ante dicha pregunta les resultará fácil. Sin embargo, para otros en función de la situación en que se encuentren les resultará más difícil, pudiendo responder con un o un no rotundo.

Para poder formular una respuesta ante dicha pregunta y no precipitarnos debemos plantearnos las siguientes cuestiones: ¿Qué estamos teniendo en cuenta? ¿Cuáles son los pilares básicos de una relación de pareja?

Con respecto a los pilares básicos, uno de los principales a tener en cuenta son las expectativas que cada uno de nosotros tenemos en función de cómo debe de ser una relación de pareja, las cuales determinarán nuestra forma de actuar.

Por ejemplo, si nuestras expectativas se distancian de la realidad siendo muy idealizadas o exageradas nos llevarán a una insatisfacción y desequilibrio emocional, provocando una búsqueda continua de la pareja perfecta.

Otro pilar básico y fundamental es la comunicación entre los miembros de la pareja.

Una adecuada comunicación permitirá entender y comprender los deseos, intereses, preocupaciones, temores, emociones, comportamientos, lo que quiere o no nuestra pareja, solucionar malentendidos, llegar a acuerdos, etc… Además de establecer objetivos o metas en común, como por ejemplo tener un hijo o afrontar situaciones complicadas (enfermedad, crisis económicas, etc.).

También nos ayudará a evitar interpretaciones erróneas de diferentes comportamientos como reproches, exigencias, acusaciones, amenazas, consejos inapropiados, interrupciones, quejas, excusas, etc.

Por otra parte al igual que el anterior pilar, los aspectos afectivos positivos (gestos de cariño y aprecio, apoyo emocional, empatía, escuchar, aconsejar y dejarse aconsejar, búsqueda de situaciones de intimidad, etc.) son necesarios para el mantenimiento de la relación de pareja. Éstos en ocasiones se dan por hecho o se obvian por la rutina. Por ello da igual el tiempo que llevemos con nuestra pareja, nunca nos podemos olvidar de los pequeños detalles.

Otro de los pilares a tener en cuenta es la sexualidad. Con independencia de la intensidad, frecuencia, duración, creencias o expectativas que tengamos. Éstas variables determinarán en cierta media la calidad de la relación de pareja.

Por último y no por ello menos importante, nos encontraríamos con las habilidades de negociación, las cuales nos acercan a los gustos y preferencias de nuestra pareja, a percibir y sentir un estado de igualdad, tolerar las diferentes decisiones, además de una confianza mutua entre los miembros de la pareja.

¿Existe o no la relación de pareja perfecta?