Si partimos desde cero, lo primero que nos encontramos ante cualquier situación, sea cual sea, es nuestra capacidad creativa, la cual nos ayuda a crear o generar nueva ideas, asociaciones entre ideas o conceptos ya conocidos.
Dirigida a dar respuesta desde un campo determinado, a una serie de interrogantes o preguntas, con el objetivo de ayudar a una serie de personas o a nosotros mismos.
Ante dicha situación, si queremos seguir avanzando, lo segundo que necesitamos para alcanzar nuestra meta es una herramienta sencilla que nos permita dar sentido a nuestras ideas. Para ello debemos gestionar dicho flujo de información, facilitando su organización, planificación y desarrollo, y a su vez aportando una visión clara y global de la respuesta o solución que estamos tratando buscar.
Ante dicha situación recurriremos al mapa conceptual, instrumento de análisis, simple y práctico, que sigue de forma natural los procesos cognitivos individuales de nuestro aprendizaje construyendo nuevas representaciones significativas y funcionales; unificando la información en una o varias direcciones que podrán finalizar en diferentes soluciones o respuestas, pero siempre respetando el objetivo inicial, dar repuesta a nuestras necesidad o la búsqueda de soluciones en nuestro día a día (recurso desarrollado por Novak y colaboradores, 1988).
Entonces podríamos decir que, comenzamos dicho recorrido desde nuestra imaginación, pasando posteriormente a esclarecer el significado o el sentido de nuestras ideas o conceptos.
Una vez llegamos hasta aquí, nos falta el último paso que cerraría este proceso, el cual es pasar a la acción
Donde nos encontraríamos con la innovación, proceso que implica hacer viable las respuestas o soluciones encontradas (ideas), es decir, llevarlas a cabo, ya sea en una organización o en nuestras vidas.
Es el punto que nos permitirá valorar la efectividad o eficiencia de las ideas, a las cuales hemos conseguido llegar; obteniendo unos resultados y a su vez, permitiéndonos observar los cambios generados en un sistema relativamente estable.
De esta manera, podemos concluir que la creatividad es el concepto, el mapa conceptual la herramienta y la innovación el proceso.
Por lo tanto, dicha secuencia nos permite crear, generar, dar sentido o significado a nuestras vidas y hacer realidad el mundo que nos rodea.
B.C.R
Psicológo Sanitario
Desde que cursé el Máster Oficial de Psicología Clínica y de la Salud, he ido compaginando la intervención psicológica con el diseño y desarrollo de proyectos sociales. Mientras tanto he ido complementando mi formación con distintos cursos del Colegio Oficial de psicólogos y otras instituciones.
Decidí crear el «Blog Qué Piensa un Psicólogo » para ayudar, dar a conocer de una forma creativa y diferente los entresijos de la ciencia que estudia el comportamiento humano (psicología), y como medio de aprendizaje continuo personal y profesional.