Me llamo Miguel y de un tiempo atrás, me he dado cuenta de que así no puedo seguir viviendo, no paro de poner excusas.

Da igual lo que quiera hacer, siempre tengo un pretexto o justificación para evitar cualquier tipo de obligación o responsabilidad, incluso evito hacer aquello que más me gusta.

Los “no puedo”, “no tengo ganas”, “mejor lo hago mañana” ya forman parte de mi vida.

¿Cuántas veces me he dicho a mi mismo? si quiero hacer algo ¿por qué no lo hago?.

Me preguntan que si quiero hacer esto o lo otro, pero no soy claro y siempre pongo un impedimento para no hacerlo.

Sé que detrás de cada excusa, hay un verdadero motivo, el cual es realmente el que me impide llevar a cabo aquello que quiero hacer, pero sé que es más fácil poner una excusa que enfrentarme a mis miedos o problemas.

No será, ¿por qué no sé lo que quiero?.

Me sucederá a mi solo.

Muchas veces me pregunto, si es necesario y no será más fácil, enfrentarme a la realidad, ser sincero conmigo mismo y con aquellas personas que me rodean.

Hay un refrán que dice, “No dejes para mañana aquello que puedes hacer hoy”.

Por ello, todos los días, cuando estoy en la cama, antes de irme a dormir, me pregunto ¿qué quiero hacer?

Y me digo a mi mismo, olvídate Miguel de los “no puedo”, “no tengo gana” o “mejor lo hago mañana”.

Realmente podré vivir sin tener que justificarme por todo.

Da igual lo que acabe haciendo, siempre trato de ocultar lo que realmente pienso.

Digo que sí, cuando quiero decir no.

Busco continuamente justificaciones para complacerme a mi mismo y a las personas que me rodean para no sentirme mal.

Trato de culpar a otros, en vez de aceptar mis errores.

¿Tan difícil es decir la verdad, aceptar y afrontar las situaciones que me encuentro?

¿Podré vivir algún día, sin este muro que me he creado a mi alrededor y me está impidiendo lograr aquello que realmente quiero hacer?